Han sido restaurados recientementeen una actuación desarrollada a través de la Dirección General de Cultura en la que se han invertido 35.157 euros.
Durante la visita, Pedro Sanz ha señalado que estos chozos destacan por su notable valor etnográfico y ha subrayado la importancia de conservarlos adecuadamente por ser un ejemplo sobresaliente "de nuestra historia y nuestra identidad como pueblo". "Los guardaviñas constituyen una de las principales excepcionalidades del paisaje riojano, una seña de identidad que estamos obligados a conservar porque nos hablan de cómo la forma de vida de nuestras gentes ha estado siempre vinculada a la viticultura", ha declarado.
En este sentido, cabe destacar que la presencia de guardaviñas dentro de La Rioja Baja es especialmente intensa en la localidad de Quel, donde podemos encontrar 7 ejemplos, tres en manos privadas y cuatro de propiedad municipal. Es precisamente en estos últimos en los que se ha actuado.
Los chozos presentaban diversas patologías que habían provocado su deterioro y que hacían peligrar su conservación. Así, dos de ellos, situados en unas eras abandonadas en el talud que se produce entre las terrazas, estaban colapsados en su cubierta y su interior se encontraba colmatado de escombros. Los otros dos, situados casi sobre la cuneta de la carretera comarcal LR-81, presentaban patologías menos graves pero requerían labores de reparación del revestimiento exterior de la cúpula, la reposición de varios cantos rodados en el arco de ingreso y la reconstrucción del arco de remate.
Todo ello exigía acometer de inmediato las obras precisas para su restauración y consolidación, garantizando su debida conservación. Los trabajos se han llevado a cabo durante dos meses y, aunque han variado en cada chozo, se han centrado, principalmente, en labores de limpieza y desbroce del terreno, desescombro, limpieza manual de la piedra, recrecido de los muros y las bóvedas y adecuación del acceso al guardaviñas, entre otros.
En los cuatro casos, la cúpula se realiza con piezas perpendiculares a su superficie hasta cerrarlas con una pieza clave en el centro y al fondo disponen de un espacio que se asemeja a una pequeña bodega para conservar frescos los alimentos. El material principal de construcción es la arenisca en piezas irregulares, lajas y mampostería, de canto rodado y bolo, dependiendo las proporciones de las características de cada chozo. LOS GUARDAVIÑAS
Los guardaviñas salpican a lo largo de toda La Rioja el paisaje del viñedo y constituyen una de sus principales excepcionalidades y peculiaridades. Se trata de edificaciones de pequeño tamaño y planta circular, coronadas con una cúpula, cuyo uso estaba destinado a las labores de vigilancia de la viña. Por este motivo, su ubicación coincide con lugares estratégicos dentro del viñedo.